Datos curiosos e interesantes sobre los calendarios

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Detrás de un calendario se esconden enigmas, secretos y anécdotas de todo tipo, por eso hoy en Calendariomesa.es queremos daros algunos datos curiosos e interesantes sobre los calendarios que sin duda os resultarán muy interesantes.

Como ya sabéis, un calendario básicamente sirve para organizarnos nuestros días, semanas, meses y años. Los calendarios regulan nuestra vida, nuestras fiestas, celebraciones y hechos históricos entre otras muchas cosas y su palabra deriva de la palabra en latín «calendarium», que quiere decir «libro de cuentas» o también «registro de intereses».

Tanto al sol como a la luna no les gustan los números enteros. Por ejemplo, al año de órbita de la tierra alrededor del sol es exactamente de 365,2422 días, que son en la luna 12,3683 meses. Por este motivo hay que hacer un ajuste con los años bisiestos y es que hay que asegurarse de que nuestra medición del tiempo es lo más exacta posible.

Quienes empezaron a utilizar los calendarios fueron los Sumerios ya en la edad del Bronce. Los meses de su calendario tenían 29 o 30 días y dependía de que la luna fuera llena o no. Igualmente siempre habían los mismos meses en un año: 12. Los egicios fueron los primeros que se sumaron a usar este tipo de calendario.

Muchos calendarios de Oriente se basaron también en este calendario ya en la Edad de Hierro. De él surgió el calendario Persa, el mismo que dio origen al calendario Hebreo.

El calendario conocido más antiguo del mundo se encontró en el año 2013 en Escocia y su datación es de 10.000 años aproximadamente. De hecho el calendario más antiguo de Europa se encuentra en este mismo país, my cerca de Croacia. Concretamente está plasmado mediante inscripciones en una vasija de cerámica.

En la Grecia antigua también existían muchos calendarios que se basaban en la luna y el sol. El más usado era el calendario de Atenas y era conocido como «civil» o atico», aunque los griegos crearon también otro tipo de calendarios, como por ejemplo el conciliar, metónico, olímpico o de estación.

La verdad es que en general los antiguos eran bastante serios ya que, por ejemplo, a nadie se le ocurrió crear calendarios con frases o calendarios para negocios. Esto no deja de ser curioso puesto que fueron ellos quienes sentaros las bases de nuestra forma de vida actual…

La mayoría de los calendarios antiguos eran también lunisolares y dependían totalmente de la alineación de los años solares y lunares. Esto se consiguió a base de años y años de observación del cielo, así como del legado de dicha información entre muchas generaciones.

El Rey Rómulo fue quien introdujo el primer calendario en Roma y sólo tenía 10 meses. Comenzaba en marzo y terminaba en diciembre. Su año lunar sólo constaba de 354 días porque los romanos pensaban que los números pares daban buena suerte, así que lo hicieron para que todos los meses tuvieran días pares. Por este motivo las estaciones no se sincronizaban y finalmente tuvieron que desister de este sistema.

Cuando Julio César llegó al poder instauró el calendario Juliano y, aunque era más exacto puesto que constaba de 365,25 días y añadía cada 4 años 1 día, el resultado no les convencía: 11 meses.

Finalmente y tras muchas reformas, fue el calendario Gregoriano el que se utilizó en prácticamente todo el mundo. Lo introdujo el Papa Gregorio XIII modificando el mencionado calendario Juliano. Lo que hizo fue básicamente dar espacio a los años bisiestos para que el año tuviera 365,2423 días.

Estados Unidos empezó a usar este calendario cientos de años más tarde, concretamente en el año 1752. Para esta fecha más de 10 países ya lo estaban usando, países entre los que se incluía Portugal, Alemania o Francia.

En Israel se creó el calendario Hebreo y también se basa en la luna y el sí así como en las matemáticas. Hoy en día aún se usa, sobre todo para los acontecimientos judíos religiosos.

Para finalizar, hubo una fuerte creencia de que el 21 de diciembre de 2012 sería el «Día del Juicio Final» y es que era cuando finalizaba el famoso calendario Maya. La realidad es que efectivamente esta información era cierta, sin embargo, los calendarios de los Mayas se basaban en ciclos y lo único que pasaba es que finalizaba uno y comenzaba otro nuevo.